“Con inteligencIA real”

julio 24, 2024

Columna de opinión 

La regulación de la Inteligencia Artificial (IA) es un tema crucial que requiere un enfoque cuidadoso y crítico. Si bien es cierto que no podemos perder de vista los posibles impactos indeseados, debe equilibrarse con el fomento a la innovación y la competitividad que exige un mercado globalizado y altamente interconectado.

Es esencial reconocer que la IA posee un amplio espectro de aplicaciones y perfiles de riesgo. Por lo tanto, iniciativas regulatorias enfocadas en la prohibición podrían resultar contraproducentes para su desarrollo. Realizar análisis exhaustivos de estos riesgos y establecer medidas de mitigación adecuadas debería ser la premisa para comprender los efectos tanto positivos como negativos de esta disciplina. La creación de entornos de prueba específicos, incentivando la participación de empresas de todos los tamaños, podría, por ejemplo, aportar insumos ilustrativos sobre los alcances y temas a tener en cuenta en el impulso que puede darle la IA a la digitalización de Colombia.

Previo a la regulación, el Estado debe priorizar la implementación de habilitantes asociados con infraestructura, educación y capacitación. La adopción de políticas de apropiación digital y el fortalecimiento de la educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son, por ejemplo, pasos previos necesarios. Asimismo, preparar a la fuerza laboral para los cambios que la IA traerá consigo es crucial para garantizar una transición hacia una economía cada vez más automatizada.

En esta línea, el último documento presentado por Google ‘AI Sprinters’ plantea cómo aprovechar la oportunidad económica de la IA en los mercados emergentes a través de su capacidad para complementar, potenciar e inspirar; destaca que el 71% de los encuestados en estos mercados afirmaron que la IA ya tiene un impacto positivo en el acceso a información, salud, educación y trabajo (frente a menos del 56% en Europa y menos del 51% en USA).

Aquí es prioritario, entonces, entender que una cosa son las discusiones sobre gobernanza y otras, ojalá posteriores, aquellas que se refieren a regulación. Es fundamental partir de una aproximación en función de estándares o marcos éticos que, por ejemplo, se enfoque en temas que están en la base de esta herramienta y que son altamente sensibles, como la recolección y el manejo de los datos.

Asimismo, debe tomarse como punto de partida una política pública nacional, anterior a cualquier norma, de manera que se coordinen los objetivos del país en términos de innovación, desarrollo y competitividad con la inhibición de usos que vayan en desmedro de los derechos de las personas.

En breve, la regulación de la IA, que en todo caso deberá siempre mantener un carácter adaptativo y flexible, debe abordarse con cautela y consideración hacia los desafíos que presenta. Solo a través de una acción concertada entre sector público, empresas, consumidores y academia podremos aprovechar plenamente los beneficios de esta tecnología, mientras protegemos los intereses de la sociedad en su conjunto.

María Fernanda Quiñones
Presidente Ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico

Fuente: https://acortar.link/VjAxfO